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El gran apagón halógeno

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El gran apagón halógeno
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18 Marzo, 2019


En 1880, Thomas Alva Edison obtuvo la patente de la bombilla de filamento de carbono, un invento que se utilizó durante más de 100 años. Más tarde llegaron las bombillas halógenas ―de hecho, una evolución de la bombilla incandescente de Edison―, que se utilizaron ampliamente a finales del siglo XX. Ambas convivieron durante un tiempo, pero ahora ya son cosa del pasado. Por lo menos en Europa.

El motivo es la normativa de la Comisión Europea, que obliga a retirar progresivamente las tecnologías poco ecológicas, de alto consumo y escasa eficiencia, y que busca favorecer tecnologías de iluminación más sostenibles. La incandescencia empezó a eliminarse en el año 2009, y desapareció por completo el 1 de septiembre de 2012. Lo mismo ha sucedido con las lámparas halógenas, que iniciaron su apagón en 2016 y, tras algunas moratorias, dejaron de fabricarse definitivamente el 1 de septiembre de 2018. Tras agotar las existencias, desde el 1 de enero de 2019 las bombillas halógenas ya no pueden comprarse en ningún país de la Unión Europea.

La iluminación led, la mejor alternativa

En la práctica, eso supone sustituir los viejos sistemas por la iluminación led. Es cierto que las bombillas de este tipo son más caras, pero la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) espera que el aumento de su oferta conlleve una bajada progresiva de los precios.

En efecto, el proceso de fabricación de un led es ahora más sencillo y en los últimos años el precio de venta ha ido bajando notablemente. Además, las bombillas led cuentan con no pocas ventajas que tienen que ver con una mayor eficiencia, ahorro energético y sostenibilidad.

Mayor eficiencia: las bombillas led consumen apenas una décima parte que las halógenas y suministran la misma cantidad de luz. Por lo tanto, aunque sean algo más caras, son hasta 10 veces más eficientes, y la inversión se recupera rápidamente.

Ahorro energético: cuando todos los dispositivos halógenos se hayan sustituido por ledes, el ahorro energético anual será de 48 TWh, es decir, el equivalente al consumo eléctrico de 11 millones de hogares. O, aproximadamente, lo que consume todo el país de Portugal durante un año.

Sostenibilidad: se prevé que el ahorro energético reduzca en 15,2 millones de toneladas las emisiones de CO2 para el año 2025. Eso equivale a las emisiones que generan alrededor de dos millones de personas.

Además, las bombillas led no se calientan, su encendido es instantáneo, no pierden calidad de luz con el tiempo y están hechas íntegramente de materiales reciclables, por lo que, al final de su uso, las bombillas también serán recicladas.

Según datos de Anfalum, en 2017 la tecnología led ya tenía una cuota de mercado del 63 %, seis puntos más que en 2016. Con la desaparición de las bombillas halógenas, ahora la cuota no puede hacer otra cosa que subir.

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